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Guía Completa sobre las Hemorroides: Lo que Necesita Saber

Dr. Eugenio Abreu
Cirujano General en CDMX

Cirugía General, Laparoscopia, Clínica de Hernias y Heridas.

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Introducción: Entendiendo las Hemorroides

Las hemorroides son una condición común que afecta a millones de personas en todo el mundo. A menudo, generan preocupación y vergüenza, lo que lleva a muchas personas a retrasar la búsqueda de ayuda médica. Sin embargo, comprender qué son exactamente las hemorroides y por qué se forman es el primer paso crucial para manejarlas eficazmente y aliviar las molestias que pueden causar.

¿Qué son las Hemorroides?

Las hemorroides, también conocidas popularmente como «almorranas», son estructuras anatómicas normales presentes en el cuerpo humano desde el nacimiento. Se definen como «almohadillas» de tejido que contienen una red de vasos sanguíneos, ubicadas en la unión del recto con el ano. El recto, siendo la porción final del intestino grueso, tiene la función de evacuar la materia fecal a través del ano.

Es importante destacar que estas «almohadillas» son una parte intrínseca de la anatomía normal de la región anal. La enfermedad hemorroidal se establece únicamente cuando estas estructuras sufren alteraciones, se inflaman, se hinchan o se agrandan, momento en el cual comienzan a producir síntomas molestos. Esta distinción es fundamental para desmitificar la condición y aliviar la ansiedad que a menudo acompaña al diagnóstico. No se trata de una anomalía patológica per se, sino de una alteración de una estructura fisiológica.

¿Por qué se forman las Hemorroides?

La causa exacta de la formación de las hemorroides aún no se comprende por completo. Sin embargo, se sabe que las venas que rodean el ano son propensas a estirarse y pueden abultarse o hincharse bajo presión. El mecanismo principal detrás de su desarrollo es un aumento sostenido de la presión en la parte inferior del recto y el ano.

Diversos factores contribuyen a este incremento de presión, y muchos de ellos están interconectados, creando un ciclo que puede agravar la condición. Por ejemplo, una dieta deficiente en fibra puede llevar al estreñimiento, lo que a su vez provoca un esfuerzo excesivo durante la defecación, aumentando la presión sobre las venas hemorroidales.

Entre los factores que más influyen en el desarrollo de las hemorroides se encuentran:

  • Esfuerzo al defecar: Esta es una de las causas más comunes, ya que el pujo excesivo incrementa la presión intraabdominal y rectal.
  • Permanecer sentado por largos periodos: Especialmente en el inodoro, lo que prolonga la presión sobre la zona anal.
  • Estreñimiento o diarrea crónicos: Ambas condiciones pueden irritar la región anal y aumentar la presión sobre las venas.
  • Embarazo: El peso del bebé ejerce una presión considerable sobre la región anal, y los cambios hormonales durante la gestación también pueden contribuir.
  • Obesidad o sobrepeso: El exceso de peso corporal aumenta la presión abdominal, lo que repercute en las venas del recto y el ano.
  • Levantar objetos pesados regularmente: Esta actividad genera tensión en la pelvis, lo que puede provocar el estiramiento y la hinchazón de las venas.
  • Dieta baja en fibra: Una ingesta insuficiente de fibra conduce a heces duras y difíciles de evacuar, lo que favorece el estreñimiento y el esfuerzo.
  • Relaciones sexuales anales: Pueden aumentar la presión y la irritación en la zona.
  • Envejecimiento: Con la edad, los tejidos que sostienen las venas del recto y el ano tienden a debilitarse y estirarse, aumentando la susceptibilidad a las hemorroides.
  • Otros factores predisponentes: Incluyen la herencia, la postura erguida (que ejerce presión constante sobre las venas rectales), la hipertensión portal y ciertas ocupaciones que requieren estar sentado o de pie por mucho tiempo. El consumo de alcohol y café también se ha asociado con su desarrollo debido a sus efectos deshidratantes, que pueden endurecer las heces.

La recurrencia de factores como el esfuerzo al defecar, el estreñimiento y una dieta baja en fibra en múltiples fuentes subraya que las hemorroides son, en gran medida, una condición influenciada por el estilo de vida. Esto implica que las modificaciones en los hábitos diarios son la piedra angular de la prevención y el manejo, ofreciendo a las personas un sentido de control sobre su condición. Comprender esta cadena de eventos es crucial, ya que al abordar un factor, como mejorar la dieta, se pueden obtener beneficios en varios otros aspectos, rompiendo el ciclo de la enfermedad.

Panorama General: Epidemiología y Factores de Riesgo

Las hemorroides son una afección sorprendentemente común, aunque a menudo se habla de ellas con discreción. Conocer su prevalencia ayuda a normalizar la experiencia y a comprender que no es un problema aislado, sino una parte de la salud digestiva que muchas personas enfrentan.

¿Quiénes las padecen? La Epidemiología de las Hemorroides

La enfermedad hemorroidal es considerada la patología proctológica más frecuente y una de las principales razones por las que las personas buscan atención médica. Se estima que aproximadamente el 5% de la población general experimenta síntomas relacionados con las hemorroides. Esta cifra aumenta drásticamente con la edad, alcanzando hasta el 50% en personas mayores de 50 años.

En países como Estados Unidos, se calcula que 1 de cada 20 personas, es decir, el 5% de la población, padece hemorroides que causan molestias. Esta condición afecta a individuos de todas las edades, razas y etnias, demostrando su amplia distribución. A pesar de su alta prevalencia, la incidencia exacta de las hemorroides es difícil de estimar con precisión, ya que muchas personas son reacias a acudir al médico por diversas razones personales, culturales o socioeconómicas.

La alta prevalencia de las hemorroides es un mensaje crucial para quienes las padecen. Al destacar que es una condición «muy común» , se normaliza la experiencia y se reduce el posible estigma o vergüenza que impide a muchos buscar ayuda. Si la mitad de las personas mayores de 50 años las padecen, es evidente que se trata de una condición muy extendida, lo que puede hacer que las personas se sientan menos solas y más dispuestas a hablar con un profesional de la salud.

Factores que aumentan el riesgo de desarrollar hemorroides

Además de los mecanismos de formación, existen varios factores que aumentan la probabilidad de que una persona desarrolle hemorroides o experimente sus síntomas. Estos factores de riesgo incluyen:

  • Edad: A medida que las personas envejecen, los tejidos de soporte de las venas en el recto y el ano se debilitan y estiran, lo que incrementa la vulnerabilidad a las hemorroides.
  • Embarazo y parto: El aumento de peso del bebé y el esfuerzo durante el parto ejercen una presión significativa en la región anal. Los cambios hormonales también pueden contribuir a la relajación de los tejidos.
  • Hábitos intestinales: El esfuerzo crónico durante la defecación, así como el estreñimiento o la diarrea persistentes, son factores de riesgo importantes debido a la tensión que ejercen sobre la zona anal.
  • Dieta: Una dieta con bajo contenido de fibra es un factor de riesgo clave, ya que conduce a heces duras y dificulta su paso, requiriendo mayor esfuerzo.
  • Estilo de vida:
    • Sedentarismo y falta de ejercicio: La inactividad física puede contribuir al estreñimiento y, por ende, a las hemorroides.
    • Permanecer sentado por largos periodos: Especialmente en el inodoro, lo que aumenta la presión en la zona anal.
    • Ocupaciones laborales: Aquellas que requieren estar sentado o de pie por mucho tiempo pueden favorecer su aparición.
    • Levantar objetos pesados regularmente: Esto genera una tensión considerable en la pelvis, lo que puede afectar los vasos sanguíneos.
  • Condiciones de salud: La obesidad o el sobrepeso , la cirrosis hepática y la hipertensión portal son condiciones que pueden aumentar el riesgo.
  • Otros factores: La predisposición genética y las relaciones sexuales anales también se han identificado como factores contribuyentes. Además, el consumo de alcohol y café puede llevar a la deshidratación y endurecimiento de las heces, lo que agrava la situación.

La interconexión de estos factores de riesgo es evidente. Por ejemplo, una dieta baja en fibra puede desencadenar estreñimiento, que a su vez requiere esfuerzo al defecar, aumentando la presión y el riesgo de hemorroides. Comprender esta cadena de eventos permite abordar el problema de manera integral. Abordar un factor, como mejorar la dieta, puede tener un efecto positivo en varios otros, promoviendo una visión holística de la prevención y el manejo. Aunque el estilo de vida es crucial, la mención de factores genéticos o de postura también sugiere que existen predisposiciones individuales.

Identificando el Problema: Tipos y Síntomas

Las hemorroides se clasifican principalmente según su ubicación, lo que influye directamente en los síntomas que presentan. Reconocer estas diferencias es fundamental para que las personas puedan identificar su condición y buscar el tratamiento adecuado.

Hemorroides Internas: Características y síntomas principales

Las hemorroides internas se desarrollan dentro del recto, por encima de una zona llamada línea dentada, donde hay pocas terminaciones nerviosas. Debido a esta característica, generalmente no son visibles ni palpables, y rara vez causan dolor directo. Muchas personas con hemorroides internas pueden no ser conscientes de su presencia hasta que experimentan síntomas.

El síntoma más frecuente y constante de las hemorroides internas es la hemorragia. La sangre suele ser de color rojo brillante y se observa típicamente durante o después de la defecación, ya sea en forma de vetas en las heces, en el papel higiénico, o en gotas que caen en el inodoro. El volumen de sangrado puede variar considerablemente, desde pequeñas cantidades hasta, en raras ocasiones, causar anemia crónica debido a la pérdida continua de sangre. En casos extremadamente severos, la pérdida de sangre podría incluso llevar a un choque hipovolémico.

Otro síntoma importante de las hemorroides internas es el prolapso hemorroidal. Esto ocurre cuando una hemorroide interna se desliza o abulta a través del orificio anal. La progresión del prolapso se clasifica en grados: inicialmente, la hemorroide puede reducirse espontáneamente (volver a su lugar por sí misma); con el tiempo, la persona puede necesitar empujarla manualmente hacia adentro; y en etapas más avanzadas, el prolapso puede volverse permanente y no reducirse. El prolapso puede causar dolor e irritación, especialmente si la hemorroide queda «atrapada» fuera del ano.

La principal característica de las hemorroides internas es el sangrado indoloro. Esta es una señal de alarma clave, ya que el sangrado rectal siempre debe ser evaluado por un médico para descartar condiciones más graves, incluso si se sospecha de hemorroides. La progresión del prolapso también es un indicador de la severidad de la enfermedad, orientando sobre la necesidad de intervención.

Hemorroides Externas: Características y síntomas principales

Las hemorroides externas se localizan debajo de la piel que rodea el ano. A diferencia de las internas, suelen ser más notorias, visibles y palpables. Cuando no están trombosadas (sin coágulo de sangre), suelen tener el color de la piel circundante y son suaves al tacto, y no pueden ser empujadas hacia adentro.

Los síntomas principales de las hemorroides externas son:

  • Picazón o irritación: En la región anal, que puede ser constante o presentarse ocasionalmente, a menudo después de la evacuación.
  • Dolor o molestia: Este es un síntoma distintivo de las hemorroides externas. El dolor puede ser impreciso, descrito como ardor, «irritación» o «inflamación». Su intensidad varía de leve a moderada y puede empeorar al sentarse o después de la defecación.
  • Hinchazón o un bulto: Alrededor del ano. Los pacientes pueden sentir o ver una o más masas suaves de tamaño variable, ovoides o hemisféricas, que pueden ser ligeramente dolorosas al tacto.
  • Sangrado: Aunque menos frecuente que en las hemorroides internas, ocasionalmente pueden sangrar, especialmente al limpiarse.

El dolor es el síntoma distintivo de las hemorroides externas, lo que las diferencia de las internas y ayuda a las personas a identificar el tipo de hemorroide que padecen. La descripción del dolor como «impreciso» o «ardor» valida las experiencias de quienes lo sufren.

Hemorroides Prolapsadas y Trombosadas: ¿Qué son y cómo se sienten?

Más allá de la clasificación básica, existen condiciones específicas que pueden surgir de las hemorroides y que requieren una atención particular debido a la intensidad de sus síntomas.

  • Hemorroides Prolapsadas: Como se mencionó, estas son hemorroides internas que se han deslizado o abultado fuera del ano. Pueden causar sangrado o dolor. La gravedad del prolapso puede variar: desde las que se reducen por sí solas, pasando por las que requieren ser empujadas manualmente, hasta las que permanecen permanentemente fuera del ano.
  • Hemorroides Trombosadas: Esta es una complicación que ocurre cuando se forma un coágulo de sangre (trombo) dentro de una hemorroide externa. Aunque este coágulo no es peligroso en el sentido de que no se desplaza a otras partes del cuerpo, sus síntomas son muy intensos.Los síntomas de una hemorroide trombosada incluyen:
    • Dolor intenso y repentino: Es el síntoma más característico y a menudo se describe como insoportable.
    • Hinchazón significativa: Alrededor del ano.
    • Inflamación: De la zona afectada.
    • Un bulto duro y descolorido: Cerca del ano, que puede aparecer de color azul, negro o púrpura debido al coágulo de sangre.

Debido al dolor extremo que causan, las hemorroides trombosadas a menudo requieren drenaje médico. Es importante buscar atención médica rápidamente, ya que la extirpación o drenaje del coágulo suele ser más efectiva si se realiza dentro de las 48 a 72 horas siguientes a la aparición de los síntomas.

La descripción del dolor «intenso y repentino» para las hemorroides trombosadas es una señal de alerta crítica, indicando una condición que requiere atención médica rápida. La ventana de 48-72 horas para el drenaje es un ejemplo de información práctica y urgente que empodera a la persona para actuar con celeridad.

Tabla 1: Síntomas Comunes de los Tipos de Hemorroides

Para facilitar la comprensión y la autoidentificación de los síntomas, la siguiente tabla resume las características principales de los diferentes tipos de hemorroides:

Tipo de HemorroideUbicación PrincipalDolorSangrado (Color, Cantidad)Picazón/IrritaciónHinchazón/BultoProtrusión (Prolapso)Notas Adicionales
InternaDentro del recto, por encima de la línea dentadaRara vez duele directamente, a menos que prolapse o se estranguleFrecuente y constante; rojo brillante, en vetas o gotas al final de la evacuación. Puede causar anemiaOcasional si hay prolapsoNo visible/palpable, a menos que prolapseSí, puede reducirse espontáneamente, manualmente o ser permanenteMenos terminaciones nerviosas en la zona
ExternaDebajo de la piel alrededor del anoSí, de leve a moderado; ardor, irritación, inflamación. Empeora al sentarse o defecarOcasional; al limpiarseFrecuente en la región analSí, visible/palpable; masas suaves, del color de la pielNoMás notorias y palpables
ProlapsadaHemorroide interna que se desliza fuera del anoPuede causar dolor e irritaciónSí, puede sangrarSí, por irritaciónSí, bulto que sobresale del anoSí, se clasifica por grados (espontánea, manual, permanente)Requiere atención si no se reduce
TrombosadaCoágulo de sangre en una hemorroide externaDolor intenso y repentinoPuede haber sangrado si se rompeSí, por inflamaciónSí, bulto duro, descolorido (azul/negro/púrpura)No (es externa)Requiere atención médica urgente para drenaje en 48-72 horas

El Cuadro Clínico: Diagnóstico y Evaluación

Cuando los síntomas de las hemorroides aparecen, es fundamental buscar la evaluación de un profesional de la salud. El proceso de diagnóstico no solo busca confirmar la presencia de hemorroides, sino, de manera crucial, descartar otras condiciones más graves que podrían presentar síntomas similares, como el sangrado rectal.

¿Cómo se diagnostican las hemorroides?

El diagnóstico de las hemorroides comienza con una revisión detallada del historial médico del paciente y un examen físico. Durante la consulta, el médico realizará varias pruebas para evaluar la zona afectada:

  • Examen Visual: El médico puede observar directamente las hemorroides externas, que suelen ser visibles alrededor del ano.
  • Tacto Rectal Digital: En este examen, el profesional introduce un dedo lubricado y enguantado en el recto. Esto permite palpar cualquier anomalía, como tumores, en la parte inferior del recto. Es importante señalar que las hemorroides internas, al ser blandas, a menudo no se pueden palpar durante este examen.
  • Inspección Visual Interna: Para evaluar las hemorroides internas y la parte inferior del colon, el médico puede utilizar instrumentos especializados:
    • Anoscopio: Un tubo pequeño que se inserta unas pocas pulgadas en el ano para visualizar el canal anal y las hemorroides internas.
    • Proctoscopio: Un tubo delgado y con luz que permite una visión más amplia de todo el recto.
    • Sigmoidoscopio: Un instrumento que permite examinar el interior del intestino grueso.
  • Colonoscopia: En ciertos casos, el médico podría recomendar una colonoscopia, un examen más exhaustivo de todo el intestino grueso. Esta prueba es especialmente relevante si los síntomas sugieren la presencia de otra enfermedad del sistema digestivo, si existen factores de riesgo para cáncer colorrectal, o si la persona es de mediana edad y no se ha realizado una colonoscopia recientemente.

El proceso de diagnóstico no es solo para confirmar la presencia de hemorroides, sino, y más importante, para descartar otras condiciones más graves que puedan presentar síntomas similares, como el cáncer colorrectal o anal. Este enfoque transforma el diagnóstico de una simple identificación a un paso crítico de seguridad para el paciente, asegurando que se aborden todas las posibles causas de los síntomas.

Cuándo la sangre en las heces no es solo hemorroides

Aunque el sangrado rectal es un síntoma común de las hemorroides, es crucial entender que también puede ser una señal de otras enfermedades más serias, incluyendo el cáncer colorrectal y el cáncer anal. Por esta razón, cualquier sangrado rectal debe ser evaluado por un profesional de la salud para determinar su origen.

Existen señales específicas que indican la necesidad de buscar atención médica urgente o inmediata:

  • Sangrado rectal abundante: Si se experimenta una pérdida significativa de sangre del recto.
  • Síntomas de shock o anemia: Si el sangrado se acompaña de aturdimiento, mareos o desmayos, lo que podría indicar una pérdida de sangre considerable que afecta el suministro de oxígeno al cerebro.
  • Dolor constante o intenso: Si el dolor causado por las hemorroides es persistente y severo, o si aparece un bulto azulado en el ano, lo que sugiere una hemorroide trombosada.
  • Sangrado que excede unas pocas gotas: Si se observa una cantidad de sangre mayor a unas pocas gotas en el inodoro.
  • Falta de mejoría con tratamientos caseros: Si los síntomas de las hemorroides no mejoran después de una semana de aplicar remedios caseros y cambios en el estilo de vida.
  • Cambios en los hábitos intestinales: Si hay alteraciones en la frecuencia o consistencia de las heces, o si estas cambian de color, incluso si hay sangrado.

La repetición constante en las fuentes sobre la importancia de no asumir que todo sangrado rectal es por hemorroides es la advertencia de seguridad más crítica para el paciente. Esto no solo educa sobre las hemorroides, sino que potencialmente puede salvar vidas al fomentar la detección temprana de enfermedades más graves. Al agrupar estas advertencias y convertirlas en una lista clara de «señales de alarma», se proporciona una guía directa sobre cuándo la situación excede el manejo casero y requiere atención médica inmediata.

Manejo y Tratamiento: Opciones para el Alivio

El manejo de las hemorroides abarca un espectro de opciones, desde medidas sencillas que se pueden aplicar en casa hasta procedimientos médicos y quirúrgicos. La elección del tratamiento depende de la gravedad de los síntomas y del tipo de hemorroide.

Remedios Caseros y Cambios en el Estilo de Vida

Para muchas personas, especialmente aquellas con síntomas leves, los remedios caseros y los cambios en el estilo de vida son la primera línea de defensa y a menudo resultan suficientes para aliviar el dolor, la hinchazón y la inflamación. Los síntomas suelen mejorar en aproximadamente una semana con estas medidas.

  • Dieta y Hábitos Intestinales:
    • Aumento del consumo de fibra: Consumir más frutas, verduras y granos integrales es fundamental. La fibra ablanda las heces y aumenta su volumen, lo que facilita su paso y reduce el esfuerzo al defecar, una causa principal de las hemorroides. Se recomienda incorporar la fibra gradualmente para evitar gases y molestias digestivas. La ingesta diaria recomendada para la mayoría de los adultos es de 25 a 38 gramos de fibra.
    • Hidratación adecuada: Beber de seis a ocho vasos de agua y otros líquidos al día es crucial para mantener las heces blandas y facilitar su evacuación. Es aconsejable evitar el alcohol, ya que puede contribuir a la deshidratación y al endurecimiento de las heces.
    • Evitar el esfuerzo al defecar: Es importante no pujar con fuerza durante las evacuaciones intestinales, ya que esto aumenta la presión en las venas del recto y el ano.
    • No prolongar el tiempo en el inodoro: Se debe ir al baño tan pronto como se sienta la necesidad y evitar sentarse en el inodoro por periodos prolongados.
    • Mantenerse activo: El ejercicio regular promueve el movimiento intestinal y ayuda a prevenir el estreñimiento.
    • Evitar levantar objetos pesados: Esta actividad genera tensión en la pelvis, lo que puede agravar o causar hemorroides.
  • Higiene y Alivio Local:
    • Baños de asiento: Sumergir la zona anal en agua tibia durante 10 a 15 minutos, dos o tres veces al día, puede proporcionar un alivio significativo del dolor y la irritación. Se pueden usar bañeras o baños de asiento específicos que se colocan sobre el inodoro.
    • Higiene anal adecuada: Después de defecar, se recomienda limpiar suavemente la zona con toallitas húmedas sin perfume, papel higiénico con loción, o un paño humedecido con agua. Es importante evitar el papel higiénico con perfumes o colores y no rascarse la zona, ya que esto puede empeorar la irritación.

La consistencia de las recomendaciones sobre una dieta rica en fibra y una buena hidratación en casi todas las fuentes subraya que estas medidas no son solo «remedios caseros», sino la base fundamental del manejo y la prevención de las hemorroides. Este conocimiento empodera a las personas al mostrarles que tienen un control significativo sobre su condición a través de cambios en el estilo de vida.

Tratamientos Tópicos y Medicamentos de Venta Libre

Además de los cambios en el estilo de vida, existen productos de venta libre que pueden ofrecer alivio sintomático para las hemorroides:

  • Cremas y supositorios: Se pueden aplicar productos que contienen hidrocortisona (un corticosteroide que reduce la inflamación), hamamelis (un astringente derivado de plantas que puede ayudar a encoger el tejido y reducir la picazón y la molestia), o anestésicos locales como la lidocaína (que bloquea las señales de dolor).
    • Es importante tener precaución con la hidrocortisona, ya que su uso prolongado (más de una semana) puede adelgazar la piel. Siempre se debe consultar a un profesional de la salud sobre el tiempo de uso adecuado. En general, estos tratamientos tópicos están destinados para uso a corto plazo.
  • Toallitas medicadas: Disponibles con ingredientes como hamamelis, lidocaína o fenilefrina HCl (un vasoconstrictor que ayuda a reducir la inflamación temporalmente). Son útiles para la limpieza suave de la zona o como compresas húmedas para calmar la irritación.
  • Analgésicos orales: Medicamentos como el acetaminofén (Tylenol), la aspirina o el ibuprofeno (Advil, Motrin IB) pueden tomarse temporalmente para aliviar el dolor y la inflamación.
  • Ablandadores de heces: Estos medicamentos ayudan a mantener las heces blandas, reduciendo el esfuerzo durante la defecación y aliviando el estreñimiento. Deben usarse solo bajo la recomendación de un profesional de la salud.

La disponibilidad de una amplia gama de productos de venta libre ofrece un alivio sintomático inmediato. Sin embargo, la advertencia sobre el uso limitado de hidrocortisona y la necesidad de consultar a un médico si los síntomas no mejoran en una semana es crucial. Esto previene la automedicación excesiva y subraya que estos productos son para alivio temporal, no para resolver la causa subyacente de las hemorroides.

Procedimientos Mínimamente Invasivos en Consulta

Si los síntomas de las hemorroides persisten o son más graves y no responden a los tratamientos caseros, el médico puede recomendar procedimientos que se realizan en el consultorio o en un centro ambulatorio. Estos suelen ser menos invasivos que la cirugía tradicional y, por lo general, no requieren anestesia general.

  • Ligadura con Banda Elástica (Rubber Band Ligation):
    • Descripción: Este es el tratamiento más común y efectivo para las hemorroides internas. El médico coloca una o dos ligas elásticas diminutas alrededor de la base de una hemorroide interna, cortando su suministro de sangre. La hemorroide se marchita y cae en aproximadamente una semana.
    • Indicaciones: Principalmente para hemorroides internas de Grado I a III.
    • Ventajas: Es un método eficaz, sencillo, rápido, prácticamente indoloro y de bajo costo. Ofrece menos dolor y una recuperación más corta en comparación con la cirugía.
    • Consideraciones: Puede causar cierta incomodidad y sangrado leve entre 2 y 4 días después del procedimiento. En algunos casos, pueden ser necesarias 2 o 3 sesiones para lograr resultados definitivos. No es adecuada para hemorroides externas.
  • Escleroterapia (Sclerotherapy):
    • Descripción: El médico inyecta una solución química directamente en el tejido hemorroidal. Esta solución provoca una reacción inflamatoria que hace que la hemorroide se endurezca, se encoja y finalmente se caiga.
    • Indicaciones: Principalmente para hemorroides leves de Grado I y II.
    • Ventajas: La inyección suele causar poco dolor. Es un procedimiento rápido y mínimamente invasivo.
    • Consideraciones: Puede ser menos eficaz que la ligadura con banda elástica en algunos casos. Se han reportado complicaciones sépticas, y se debe tener especial precaución en hombres para evitar inyecciones accidentales en la próstata.
  • Coagulación (Láser, Luz Infrarroja o Calor):
    • Descripción: Estas técnicas utilizan energía (láser, luz infrarroja o calor) para coagular y hacer que las pequeñas hemorroides internas sangrantes se endurezcan y se arruguen.
    • Indicaciones: Adecuada para hemorroides internas pequeñas y sangrantes, generalmente de Grado I a II.
    • Ventajas: Presenta pocos efectos secundarios y suele causar pocas molestias.
  • Trombectomía de Hemorroides Externas:
    • Descripción: Es un procedimiento para extirpar un coágulo de sangre de una hemorroide externa trombosada. Se realiza bajo anestesia local.
    • Indicaciones: Principalmente para hemorroides externas trombosadas que causan dolor intenso.
    • Ventajas: Proporciona un alivio inmediato del dolor. Es más efectiva si se realiza dentro de las 72 horas siguientes a la aparición del coágulo.

La existencia de múltiples procedimientos mínimamente invasivos demuestra que la medicina ofrece un abanico de soluciones escalonadas antes de recurrir a la cirugía mayor. Esto es tranquilizador para las personas y resalta la personalización del tratamiento según el tipo y grado de hemorroide. La mención de las ventajas (menos dolor, ambulatorio) y desventajas (recurrencia, no apto para todos los tipos) de cada uno es crucial para una toma de decisiones informada por parte del paciente.

Cuando la Cirugía es la Opción: Indicaciones y Tipos

Aunque la mayoría de los casos de hemorroides pueden manejarse con cambios en el estilo de vida y procedimientos mínimamente invasivos, en ciertas situaciones, la cirugía se convierte en la opción más efectiva para proporcionar un alivio duradero.

¿Cuándo es necesaria la Cirugía?

La cirugía de hemorroides no es la primera línea de tratamiento, sino una opción considerada cuando los tratamientos conservadores (cambios en la dieta, medicamentos tópicos y procedimientos mínimamente invasivos) no han logrado aliviar los síntomas de manera efectiva.

Las principales indicaciones para la cirugía incluyen:

  • Hemorroides internas muy grandes: Aquellas que no responden a tratamientos menos invasivos.
  • Hemorroides internas que persisten: Si continúan causando síntomas significativos, como sangrado o prolapso, a pesar de haber intentado otros tratamientos.
  • Hemorroides externas grandes: Especialmente si causan molestias importantes o dificultan la higiene adecuada de la zona anal.
  • Hemorroides mixtas: Cuando coexisten hemorroides internas y externas que causan problemas.
  • Fallo de tratamientos previos: Si procedimientos como la ligadura con banda elástica no han tenido éxito.
  • Trombosis hemorroidal recurrente: Para personas que experimentan coágulos sanguíneos dolorosos en las hemorroides de forma repetida.
  • Hemorroides internas de Grado III y IV: Que son aquellas que prolapsan y requieren reducción manual o son permanentes.
  • Complicaciones de la enfermedad hemorroidal: Como hemorroides estranguladas (cuando el suministro de sangre a una hemorroide prolapsada se interrumpe, causando dolor extremo) o trombosis múltiple y masiva.

La decisión de proceder con la cirugía siempre es individualizada. El médico evaluará cada caso basándose en la gravedad de los síntomas, el impacto en la calidad de vida de la persona y la respuesta a tratamientos previos. Es importante destacar que la cirugía clásica solo es necesaria en un pequeño porcentaje de pacientes sintomáticos, aproximadamente el 5-10% , lo que refuerza la idea de que la mayoría de los casos se resuelven con métodos menos invasivos.

Tipos de Cirugías para Hemorroides

La cirugía es considerada el único método verdaderamente curativo para la enfermedad hemorroidal en casos avanzados. Estos procedimientos se realizan bajo diferentes tipos de anestesia, que pueden incluir anestesia local con sedación, anestesia raquídea (bloqueo regional) o anestesia general.

  • Hemorroidectomía (Cirugía Tradicional):
    • Descripción: Es el método quirúrgico más antiguo y completo, considerado el más eficaz para hemorroides graves o recurrentes. El cirujano elimina el exceso de tejido hemorroidal que causa el sangrado o el prolapso. Las incisiones se pueden realizar con un bisturí tradicional, un bisturí eléctrico o un láser. La zona operada puede cerrarse con suturas (técnica cerrada) o dejarse abierta (técnica abierta), sin que haya una diferencia real estadísticamente significativa en los resultados entre ambas.
    • Indicaciones: Hemorroides internas muy grandes, hemorroides que no han respondido a otros tratamientos, hemorroides externas grandes, o hemorroides mixtas. Es el tratamiento de elección para casos severos de Grado III o IV.
    • Ventajas: Es la forma más eficaz y completa de tratar hemorroides graves, ofreciendo una solución definitiva con una baja tasa de recurrencia.
    • Consideraciones: Es conocida por ser la cirugía más dolorosa en el postoperatorio. Puede requerir hospitalización de 24 a 48 horas. La recuperación completa puede tardar un mes o más.
  • Hemorroidopexia con Grapas (Stapled Hemorrhoidopexy / PPH):
    • Descripción: Este procedimiento utiliza un dispositivo de grapado circular para extraer una banda de tejido hemorroidal y reposicionar las hemorroides a su ubicación anatómica normal, al mismo tiempo que bloquea el flujo sanguíneo hacia ellas. No implica incisiones externas en la piel.
    • Indicaciones: Principalmente para hemorroides internas.
    • Ventajas: Generalmente, es menos dolorosa que la hemorroidectomía tradicional y ofrece una recuperación más rápida.
    • Consideraciones: Se ha asociado con un riesgo de recurrencia ligeramente mayor en comparación con la hemorroidectomía tradicional.
  • Desarterialización Hemorroidal Transanal (THD) con Doppler:
    • Descripción: Es una técnica mínimamente invasiva que reduce los síntomas de las hemorroides y el sangrado al disminuir su flujo sanguíneo. Se utiliza un anoscopio con una sonda Doppler para localizar con precisión las arterias que irrigan las hemorroides. Una vez identificadas, estas arterias se ligan (se atan) para cortar su suministro de sangre. Si hay prolapso, se puede realizar una mucopexia para reposicionar el tejido.
    • Indicaciones: Eficaz para hemorroides de Grado II a IV.
    • Ventajas: Se caracteriza por un dolor moderado, una recuperación rápida y un pronto retorno a las actividades diarias. Tiene una baja incidencia de complicaciones y el procedimiento suele durar menos de 30 minutos.
    • Consideraciones: Aunque el dolor es generalmente leve, algunas personas pueden experimentar dolor más intenso. Las posibles complicaciones incluyen sangrado, hematomas, fisuras anales y retención urinaria.
  • Procedimiento Rafaelo (Ablación por Radiofrecuencia):
    • Descripción: Es una técnica novedosa que utiliza energía de radiofrecuencia para coagular los vasos sanguíneos y el tejido hemorroidal, lo que provoca su reducción de tamaño. El proceso de encogimiento de la hemorroide continúa durante las dos semanas posteriores al procedimiento.
    • Indicaciones: Puede tratar hemorroides de cualquier grado en una única sesión, aunque es más adecuada para hemorroides internas de Grado I a III.
    • Ventajas: Se realiza bajo anestesia local, lo que minimiza las molestias durante la intervención. Es un procedimiento ambulatorio de aproximadamente 15 minutos, con un dolor postoperatorio relativamente bajo y permite un retorno casi inmediato a las actividades diarias.
    • Consideraciones: Los riesgos incluyen sangrado e infección. Algunas personas pueden experimentar una urgencia temporal para defecar después del procedimiento.
  • Otras Técnicas (Menos Comunes o Complementarias):
    • Pegamento Biológico (Cianacrilato) y Microespuma de Polidocanol: Implican la inyección de sustancias que bloquean el riego sanguíneo de las hemorroides, causando su retracción. Pueden usarse solas o en combinación con la ligadura con banda elástica, especialmente en casos de sangrado.

El éxito a largo plazo de cualquier intervención quirúrgica para las hemorroides depende en gran medida de la capacidad de la persona para mantener hábitos intestinales saludables y evitar el estreñimiento y el esfuerzo. Alrededor del 5% de las personas pueden experimentar una recurrencia de las hemorroides después de la cirugía.

Conclusiones: Hacia un Manejo Efectivo de las Hemorroides

Las hemorroides son una afección extremadamente común, que afecta a una parte significativa de la población en algún momento de su vida, especialmente a medida que envejecen. Es fundamental comprender que son una parte normal de la anatomía que se vuelve problemática cuando se inflama o se hincha, lo que ayuda a desestigmatizar la condición y fomenta la búsqueda de ayuda profesional.

La formación de hemorroides está estrechamente ligada a un aumento de la presión en la zona anal, impulsado en gran medida por factores relacionados con el estilo de vida, como el esfuerzo al defecar, el estreñimiento crónico, una dieta baja en fibra, el sedentarismo y el embarazo. Esta fuerte conexión con los hábitos diarios subraya que la prevención y el manejo inicial están en manos del individuo, a través de modificaciones dietéticas y de estilo de vida.

La identificación temprana de los síntomas es clave. Las hemorroides internas suelen manifestarse con sangrado indoloro de color rojo brillante, mientras que las externas se caracterizan por dolor, picazón e hinchazón. Las complicaciones como las hemorroides trombosadas, que causan un dolor intenso y repentino, requieren atención médica rápida. Es crucial recordar que cualquier sangrado rectal, aunque a menudo asociado con hemorroides, debe ser evaluado por un médico para descartar condiciones más graves, como el cáncer colorrectal.

El tratamiento de las hemorroides sigue un enfoque escalonado. Inicialmente, se priorizan los remedios caseros y los cambios en el estilo de vida, que son efectivos para la mayoría de los casos leves. Si estos no son suficientes, existen diversos procedimientos mínimamente invasivos que se realizan en el consultorio, como la ligadura con banda elástica, la escleroterapia o la coagulación, que ofrecen alivio con poca molestia y rápida recuperación. La cirugía tradicional se reserva para los casos más graves o aquellos que no responden a otras terapias, ofreciendo una solución definitiva, aunque con un período de recuperación más exigente.

En resumen, las hemorroides son una condición manejable y, en la mayoría de los casos, tratable sin necesidad de cirugía mayor. La clave reside en la educación, la adopción de hábitos saludables y la consulta oportuna con un profesional de la salud ante la aparición de síntomas, especialmente el sangrado, para asegurar un diagnóstico preciso y el tratamiento más adecuado.

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